jueves, 18 de abril de 2013

Por ver las cosas de otra manera.

Es hora de cambiar, hacer borrón y cuenta nueva. 
¡Adiós antigua yo! 
Me he planteado algunas cosillas y debería empezar por cambiar aquellas que no me gustan: 

Mi pelo. El rizo no es mi pasión pero tarda demasiado en crecer por lo tanto es hora de coger las tijeras y ¡zas!, ¡listo! Pelo corto y rebelde, sin flequillo y con rizos definidos.

La obsesión por tener el peso de todas las chicas a las que admiro. ¡Adiós báscula! No más días pesándome, no más días mirando las calorías de cada cosa que tomo, no más "no pases de los 50 kilos". Ahora si peso 52 kilos o 48 me dará igual, porque haré ejercicio, me cuidaré pero no dependeré de una báscula que me controle.

¡Adiós pensamientos negativos! Me da igual que me miren raro por mi peinado, mi forma de vestir, mi risa histérica, mi lado sensible que aparece cuando menos me lo espero, lo borde que puedo llegar a ser a veces, mi forma de ver las cosas.

¡No más comparaciones! Soy como soy y no tengo que perder el tiempo en compararme con amigas, chicas de mi instituto: Cada una es como es y tengo que estar orgullosa de mis virtudes y mi físico. Eliminar de mi mente esas ganas de compararme mis piernas con las de las demás chicas, mi altura, mi tripa, mi pelo, ¡todo! Es uno de los propósitos que tengo y que sé que cumpliré.

¡Bloqueo, no te necesito más! Estoy harta de ser la idiota de clase que se bloquea al corregir/leer sea en español o en inglés, de ser la alumna que sale de clase llorando por no poder hacerlo, por el "¿y si hago el ridículo?", por las altas pulsaciones cada vez que se acerca mi turno para hablar, ¡ya no más! 

Por cambiar y ver las cosas de otra manera, nada más. 



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