martes, 26 de febrero de 2013

Unos prefieren "tus labios piden a gritos un beso", otros "tienes una sonrisa preciosa".

- La clave está en jugar, no en enamorarte. Dedícate a mirarla, a decirle que tiene unos labios que están pidiendo a gritos un beso -comentarle algo sobre su sonrisa es entrar en terreno peligroso-, la de"¿estudias o trabajas?" está muy visto por lo tanto di algo como... - Adam se quedó pensativo durante un momento-. ¡Ya sé! "¿quieres una copa?"

Me reí.

- Eso sí que está visto - me aterraba la idea de acercarme a una chica y que me rechazara o quizás, ¡ni llegar a eso! sólo con rehuirme bastaba para que los pelos de la nuca se me erizasen-. Esto no está hecho para mi. Vámonos, tu plan de "una noche más y te dejo en paz" va fallando por momentos.

Adam me miró alzando una ceja, como él bien sabía hacer -y que voy a decir, a mi hermana al menos le vuelve loca ese gesto- y fue directamente hacia unas chicas que estaban sentadas en unas mesas del local. Vi perfectamente como podía desenvolverse pero, al cabo de unos minutos vi que las chicas no parecían muy interesadas y Adam me hizo una señal para irnos, con cara de pocos amigos. En ese momento, me dio la sensación de que alguien había clavado sus ojos en mí, por supuesto que sentía curiosidad de si eran imaginaciones mías o era verdad que me miraban.

Adam salió del local y antes de imitarlo me giré y justo, - solo justo en aquel momento - observé a una chica sentada en la barra la cual giró la cabeza justo cuando fijé la mirada en ella y acto después, sonrió.


Tenía dos cosas claras: Iba a acercarme y segundo no me iba a decantar por decirle "tienes unos labios que están pidiendo a gritos un beso" sino por un "tienes una sonrisa preciosa".